Diario de un náufrago
Mientras la lluvia golpea suavemente tu ventana, siéntate en tu sillón favorito. Deja que el aroma del té caliente te envuelva. Este es tu refugio, tu pausa en esta ciudad que apenas empiezas a conocer. Es un buen momento para abrir el viejo cuaderno que encontraste en el “mercado de pulgas”. Te ha estado esperando. Piensa en las coincidencias que trae el destino. Aunque normalmente no caminarías entre trastos viejos y tanta gente, y tampoco comprarías un cuaderno antiguo y polvoriento, algo en él te atrajo: su aspecto añejo o la promesa de una historia por descubrir. Hojéalo, anda, aunque solo sea por curiosidad, y verás que desde la primera página resalta una frase escrita para ti: ...